Tiempo atrás en los medios locales de comunicación se anunciaba que en febrero de 2016 comenzaba a funcionar la nueva sede de la Gobernación en Turbaco y con ello crecían las expectativas de los turbaqueros de por fin ver trazado un norte hacia el desarrollo municipal, articulado con los demás municipios del departamento y por supuesto el distrito de Cartagena de Indias.
Una sede que se edificó con el fin de ser un Centro Administrativo de Servicios, con una inversión considerable de 56 mil millones de pesos, mientras el despacho oficial del gobernador continuaría en la Plaza de la Proclamación. Lo que al parecer influye determinantemente en la planeación y las decisiones administrativas en términos de inversión, ya que todo indica que siguen pensándose desde allá y muy poco desde Turbaco.
Hoy, casi 7 años después, el sentido común nos obliga a preguntarnos ¿Para qué le ha servido a Turbaco ser sede de la Gobernación de Bolívar? Y es que este municipio ha sido determinante en la elección popular de los gobernadores Dumek Turbay y Vicente Blel por lo cual desconcierta la poca voluntad política de los mismos para con el Balcón turístico de Bolívar, que en su devenir social y urbanístico se encuentra en estado de alerta constante.
Lo realmente llamativo es la falta de inversión de la Gobernación de Bolívar hacia Turbaco; ya que mientras en las redes anuncian obras en municipios del sur y norte con bastante frecuencia, en los dos periodos administrativos que han operado desde su puesta en marcha los gobernadores han desviado su mirada de la tierra de los yurbaco y se han limitado a cumplir con lo meramente necesario. Puesto que los turbaqueros podemos contar con los dedos de las manos los proyectos implementados desde la gobernación para con el municipio.
Por lo tanto, es necesaria e imperativa una articulación de todos los actores departamentales para poder obtener un desarrollo sostenible a escala regional, ya que la gobernación tiene la loable tarea de direccionar el desarrollo territorial del departamento. Así que quien desee poner su nombre a consideración debe tener un carácter vinculante, de gobernanza y no sólo acordarse de los territorios en tiempos electorales.
Para evitarse el desolador panorama en el que los turbaqueros solo somos conscientes de la presencia de la gobernación en nuestro territorio cuando nos trasladamos hacia la capital y vemos las interminables filas para sacar el pasaporte o cuando hay manifestaciones frente a la sede de la gobernación, un fenómeno que se volvió parte del paisaje y consolidó la frontera entre Cartagena y Turbaco.
Jasmel Contreras
Comunicador social y periodista
Magister en administración Pública de la ESAP