
El empresario Elon Musk sorprendió en la madrugada del miércoles al ofrecer una disculpa pública al expresidente Donald Trump por sus recientes comentarios en su contra. A través de su cuenta en X (antes Twitter), Musk reconoció que sus publicaciones “fueron demasiado lejos” y expresó su arrepentimiento tras varios días de tensión entre ambos.
“Lamento algunas de mis publicaciones sobre el presidente Donald Trump la semana pasada. Fueron demasiado lejos”, escribió Musk, quien recientemente terminó su mandato al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una oficina creada para reducir el gasto público.
La controversia se originó cuando Musk criticó con dureza el paquete fiscal y de gasto promovido por Trump en el Senado, calificándolo como una “abominación repugnante” y señalando que aumentaría peligrosamente la deuda nacional. Las críticas se intensificaron cuando Musk pidió a sus seguidores que presionaran a sus representantes en el Congreso para detener el proyecto.
Desde la Casa Blanca, Trump expresó su molestia en una reunión con el canciller alemán Friedrich Merz. “Estoy muy decepcionado, porque Elon entendía el proyecto mejor que muchos aquí. No tenía objeciones, y de repente se volvió un problema”, dijo el presidente.
En respuesta, Musk arremetió afirmando que “sin mí, Trump habría perdido las elecciones” y compartió una imagen de Trump junto a Jeffrey Epstein, insinuando que documentos clasificados lo relacionan con el fallecido pedófilo. Incluso amenazó con desmantelar la nave espacial Dragon de SpaceX, clave en las misiones de la NASA.
El conflicto escaló hasta que asesores cercanos de ambos sugirieron una llamada para calmar las tensiones. No obstante, Trump descartó esa posibilidad y criticó duramente a Musk, asegurando que su empresa “está en declive”. El exasesor Steve Bannon incluso pidió investigar al empresario y propuso su deportación.
Mientras tanto, las redes sociales y programas de sátira política aprovecharon el escándalo, aunque el foco mediático pronto giró hacia las protestas en Los Ángeles por la política migratoria del gobierno, que llevaron al presidente a ordenar el despliegue de la Guardia Nacional.
Pese a la disculpa de Musk, la relación entre ambos líderes —que alguna vez fue cercana— parece más frágil que nunca.