En un caso sin precedentes en Turquía, una mujer decidió tomar medidas legales contra la falta de higiene de su esposo. Harta de la situación, la mujer demandó a su marido y, para sorpresa de muchos, el tribunal falló a su favor.
Según los informes locales, los abogados de la mujer argumentaron que su esposo apenas se bañaba, usaba la misma ropa durante días y rara vez se cepillaba los dientes. El olor constante a sudor se había vuelto insoportable para ella.
El juez regional respaldó las quejas de la mujer y ordenó al esposo que se bañara regularmente. Además, le otorgó el divorcio y ordenó una compensación de 16 mil 500 dólares por el sufrimiento causado por la falta de higiene.
“Si la convivencia se vuelve insoportable debido al comportamiento de una de las partes, la otra tiene derecho a presentar una demanda”, explicó el abogado de la demandante.
Aunque algunos cuestionan si la mujer debería haber intentado resolver el problema de manera privada antes de acudir a los tribunales, la historia ha captado la atención mundial y ha generado un debate sobre la importancia de la higiene personal en las relaciones amorosas.