El 2 de enero el futbolista brasileño Dani Alves fue denunciado por presunta violación a una joven en el baño del reservado de una discoteca de Barcelona, a finales de diciembre; por lo que el 20 de enero el tribunal de esta misma ciudad ordenó su ingreso en prisión preventiva, comunicada y sin fianza. Ante este panorama la Audiencia de Barcelona decidió este martes mantenerlo en prisión preventiva a la espera de juicio, debido a un “elevado riesgo de fuga”.
Mediante un comunicado la justicia informa que el sospechoso “concurre un elevado riesgo de fuga vinculado por una parte a la elevada pena que puede serle impuesta en la presente causa, los severos indicios de criminalidad contra el mismo y la capacidad económica abultada que le permitirían como hemos dicho abandonar España en cualquier momento”
En el comunicado el tribunal también considera que otros factores como retirarle el pasaporte no le “impediría (…) salir de España por vía aérea o marítima o incluso terrestre sin documentación”, también señala que en caso de llegar a Brasil, “no sería entregado a España ni a través de órdenes internacionales de detención o extradición”, porque el país sudamericano no suele extraditar a sus ciudadanos.
Mucho menos la imposición de una fianza cuantiosa ya que resultaría motivo de disuasión al delito para Alves, pues él “dispone de un abultado patrimonio.
La defensa del jugador había propuesto que se le colocara algún dispositivo electrónico de seguimiento, pero a esto también se opuso la justicia, dado que estos artefactos “no tienen como finalidad geolocalizar a aquel que la lleva instalada, sino proteger a la víctima y evitar que una orden de alejamiento sea incumplida”.