
Los hechos se dieron en Michigan, Estados Unidos, en los que Keith Stonehouse, padre del pequeño Mason, quien indicó que dejó a hijo jugar con su teléfono celular un poco antes de irse a dormir el pasado sábado. El niño de 6 años que estaba jugando con el celular de su padre pidió más de 1.000 dólares en comida, en el pedido solicitado estuvo US$183 en camarones, muchas papás fritas con chile, helado y US$500 en pizzas de pepperoni, entre otros alimentos.
“Imagínese mi sorpresa cuando un repartidor tras otro apareció anoche dejando comida en mi puerta”, escribió Stonehouse desde su cuenta de Facebook.
Resulto que el pequeño Mason no estaba jugando por el celular, se encontraba navegando en la aplicación de Grubhub, la cual es una plataforma de comida rápida y envío a domicilio en Estados Unidos.
¿Cómo habrías tomado una situación de estas en lugar del padre del niño? Deja tus opiniones en los comentarios