Diego Guauque, reconocido periodista de 43 años, que ha dedicado su vida a la investigación, comparte una reflexión de su vida con respecto al cáncer que está padeciendo. A finales del 2022, estaba de vacaciones en Bariloche, Argentina con su esposa e hija. Para la noche del primero de enero, Diego y su familia ya se encontraban de regreso en Bogotá, lo despertó un fuerte dolor en el estómago que intentó dejar pasar, pero fue imposible. Muchas preguntas surgieron ¿Sería culpa de la comida? ¿El viaje lo afectó?
Rápidamente fue a la Clínica, le realizaron una ecografía y el médico que lo atendió dijo “aquí hay una cosita como rara, una masita, no me gusta”, dijo el periodista en entrevista con EL TIEMPO.
Diego junto con su esposa, visitaron a otro médico, quien lo remitió por urgencias a la Clínica Santa Fe, donde paso un total de 12 días e internado en UCI. Pues el dolor era producido por un sarcoma que comprometió el duodeno, la vena cava y su riñón derecho, por lo que rápidamente tuvo que ser sometido a cirugía.
El diagnóstico de cáncer lo tomó por sorpresa: “Para mí todo era una novedad, yo solo decía ‘Dios mío, hay que aguantar’. Hubo una, dos, tres biopsias…”. Luego vino una cirugía que duró entre 10 y 12 horas y fue exitosa, pero en los ocho días previos no pudo evitar pensar en las posibilidades: “Se te pasan muchas cosas por la cabeza, hablas mucho con tu familia… yo tenía claro que tenía que hacer esto por mi esposa y por mi hija porque son las personas a las que más les haría falta”.
Diego Guauque destaca la importancia de invertir en la salud. Se hace preguntas como ¿de qué sirve tener un celular de seis millones si no se puede cubrir una cirugía? Su invitación es a que quienes conozcan su historia sigan ese ejemplo. En sus palabras: “Cuando pasa una circunstancia así es cuando uno dice ‘gracias a Dios tengo este plan y puedo acceder a profesionales, a una buena clínica y a buenos equipos. Invirtamos en esos procesos porque ahí está la clave, no nos quedemos en que el éxito en la vida es ganar dinero, tener una mochila llena de plata debajo de la cama en la UCI no sirve de nada, no va a quitar el dolor, no va a hacer que una enfermera te trate mejor, allá todos somos iguales”.