Con el tiempo he aprendido que la sensibilización puede tener el efecto de la champaña cuando se abre, sale la espuma y cuando termina de fluir, se calma… y es como si todo durara sólo un instante y luego pasa.
Pero educar y concientizar, es cuestión de instalar en el pensamiento y en el corazón, algo que se convierte en parte de la vida, se multiplica y se transforma.
He tenido la bendición de Dios, de crecer en espacios donde he podido florecer alto, y en el que todas las personas que llegan permanecen y aun las que se van, se quedan con lo que conocieron de Kary y lo que compartieron en el tiempo en el que coincidieron en el camino. Ellos me hacen olvidar que tengo una condición que por siglos ha sido estigmatizada y que aún en estos tiempos en los que se rompen tantos estereotipos, sigue siendo señalada, burlada, omitida y minusvalorada.
Es cierto también que estos tiempos gracias a la visibilización, las políticas y las luchas de colectivos y de personas con ADDE, se ha logrado mucho; hay menos desconocimiento, más estudios, más apertura, más avances; pero todavía existen muchas personas que viven la discriminación, las burlas, las palabras peyorativas, la falta de accesibilidad, la exclusión laboral y hasta social. Por eso, octubre debe durar todo el año.
Hay algo que vivo siempre que alguien me conoce y no sabe nada de mí; me miran con curiosidad, tratan de saber o conocer quién soy, a qué me dedico, qué hago, en qué me desempeño; y cuando lo saben, no pueden disimular su cara de asombro y de admiración, como alguien que vive una superación y hace cosas extraordinarias.
La verdad, soy una persona como todas, que rompió un molde de talla, que se salió de todos esos cuentos y películas con los que se ha estigmatizado la condición, y que simplemente quiso ser profesional, trabajar y hacer realidad sus sueños; agregándole la cuota extra de ese esfuercito de más que le ponemos las personas que tenemos una discapacidad.
Más allá de mi estatura, tengo una discapacidad motriz por una cirugía de columna y con el 10% de mis piernas dormidas, camino con la ayuda de un bastón que hace parte de todo lo que quiero enseñar a la sociedad, porque representa la fuerza, las ganas, la fe, el amor, el apoyo y todo lo que me sostiene y me permite dar pasos cortos con pisadas firmes y romper paradigmas.
Esa es mi lucha, la propia vida, mi vocación de maestra de más de 20 años, mis letras, mis charlas, mis chistes malos que hacen realidad aquello que repito, “no te rías de mi, ríete conmigo”…
Empezó octubre y avanzamos hacía el día mundial de las personas con ADEE (Acondroplasia y otras displasias esqueléticas con enanismo).
Por los niños, los jóvenes, los adultos, que quieren salir seguros a la calle y sentir que pueden tener acceso a todo y ser parte del mundo, sin ser el centro de miradas, comentarios, chistes y burlas…
Por las nuevas generaciones que sueñan y quieren llegar lejos en la vida; por todos aquellos que quieren ser atendidos de acuerdo a su diagnóstico y dar respuesta a sus necesidades; por más escuelas inclusivas donde el respeto, la tolerancia y la solidaridad predominen y no sufran ningún niño por ningún tipo de discriminación y bullying; por una sociedad accesible, donde subirse a un bus, alcanzar un cajero, un mostrador y subirse a una silla no sea toda una aventura o acto de malabarismo que pone en riesgo la integridad y la seguridad física de muchos.
Por ti, por mi, por todos; porque no se trata que solo luchemos si somos parte del colectivo o conocemos a alguien con ADEE; sino que es una lucha de todos los que queremos un mundo inclusivo, diverso, libre, fraterno y en paz.
Bienvenido octubre… que cada uno de tus días sea un paso, una voz, una oportunidad, una lección aprendida, un avance hacia el ejercicio y la lucha de los derechos de todas las personas con ADEE.
Kary Rojas
@karyrojastalcual
Maestra, Conferencista y Escritora
