El presidente Gustavo Petro generó controversia recientemente durante la posesión de Iris Marín Ortíz como nueva defensora del Pueblo en Nuquí, Chocó. En su discurso, el mandatario criticó duramente a la prensa, acusándola de construir “falsas narrativas” y de criminalizar el derecho a la protesta. Petro expresó: “Las periodistas del poder, las muñecas de la mafia, construyeron la tesis del terrorismo en la protesta y la criminalización del derecho genuino a protestar y a decir ‘basta’. Ahora le toca a usted, defensora”.
Estas declaraciones provocaron una fuerte reacción en diversos sectores, especialmente entre periodistas y medios de comunicación, quienes rechazaron el uso del término “muñecas de la mafia”. En respuesta, la recién nombrada defensora del Pueblo, Iris Marín Ortíz, se manifestó a través de su cuenta de X (antes Twitter), destacando su compromiso con la igualdad y el respeto hacia las mujeres en el ejercicio periodístico.
“La columna de esta Defensoría del Pueblo es la igualdad. Rechazo toda forma de violencia contra las mujeres. No hay espacio para estigmatizaciones o agravios frente a las periodistas. Nada lo justifica. No somos muñecas ni instrumentos de nadie. Debatamos las diferencias, no violentemos a las mujeres”, afirmó Marín Ortíz, marcando una postura clara en contra de cualquier tipo de discriminación o violencia verbal.
Ante las críticas, el presidente Petro se defendió en redes sociales, aclarando que su comentario no estaba dirigido a todas las periodistas, sino a casos específicos de periodistas que, según él, han estado vinculados con la mafia. “Las periodistas no son muñecas de la mafia, pero la mafia ha tenido periodistas a sueldo, o se nos olvidó. Periodismo es investigar la verdad del poder”, escribió Petro en su cuenta de X.
Este intercambio ha avivado el debate sobre el rol de la prensa en la democracia y el lenguaje que deben usar los líderes políticos al referirse a los medios de comunicación. La controversia también ha puesto de relieve la necesidad de respetar la igualdad de género y promover un diálogo más constructivo y respetuoso entre el gobierno y la prensa.