Las autoridades colombianas han llevado a cabo la desarticulación de una red de caza y tráfico de aletas de tiburón en el área del Pacífico. El líder de esta operación ilegal ha sido identificado como Fernando Rodríguez Mondragón, hijo del difunto exjefe del Cartel de Cali, Gilberto Rodríguez Orejuela. Mediante la cooperación de un agente encubierto, se ha logrado descifrar el funcionamiento de esta red: las aletas eran deshidratadas y escondidas en bolsas de hasta 400 kilos para su posterior exportación. A los pescadores se les pagaba 25 mil pesos por aleta, mientras que en el mercado llegaban a ser comercializadas por hasta 600 mil pesos.
Rodríguez Mondragón, quien también es el representante legal de la empresa ‘Fernan Pez S.A.S’, con sede en Roldanillo, Valle del Cauca, ha sido vinculado estrechamente con estas actividades delictivas. Esta empresa se utilizaba como fachada para legitimar los envíos de aletas de tiburón al extranjero. Bajo el disfraz de envíos ordinarios, las aletas eran transportadas encomendadas a otras compañías de mensajería, principalmente en Bogotá, como parte de una estrategia de ocultamiento.
En un audio filtrado por Noticias RCN, Rodríguez Mondragón admite su participación en el comercio ilegal de aletas de tiburón, revelando que las exporta a China y Estados Unidos a un precio de 450 dólares por kilo, enviándolas deshidratadas en cargamentos de 400 a 500 kilos cada diez días, totalizando tres envíos mensuales. Esta declaración refuerza las acusaciones en su contra como el principal traficante de aletas de tiburón en el país.
Es alarmante destacar que, a pesar de haber sido imputado por delitos de tráfico de fauna y aprovechamiento ilícito de recursos naturales en octubre del año pasado, Rodríguez Mondragón continuó operando en estas actividades ilegales. Esta situación resalta la urgencia de medidas más enérgicas por parte de las autoridades para combatir el tráfico de especies protegidas y proteger los recursos naturales del país.