Los hechos se dieron en un hospital en Boston, Estados Unidos, donde un equipo de profesionales de la salud, salvaron la vida de una bebé diagnosticada con un trastorno genético mortal en el cerebro, luego de la operaran mientras se se encontraba en el útero de su madre. De acuerdo a los que se supo, la niña nació 2 días después sin defectos congénitos y complicaciones limitadas.
Esta niña iba a ser el tercer bebe de la familia, la cual al enterarse que venía en camino empezaron a realizarse exámenes para hacer un seguimiento de la salud del nuevo miembro de la familia, fue así como en la ecografía de las 30 semanas que el médico de cabecera le dijo que el corazón de su bebé estaba agrandado y algo no andaba bien con su cerebro, entonces la bebe fue diagnosticada con una malformación de vena de Galeano (VOGM).
Con el objetivo de salvar la vida a su bebé, la familia Coleman decidió unirse a un ensayo clínico que le permitiría recibir el tratamiento adecuado, pese a los posibles riesgos que tendría, como podría ser el parto prematuro o la hemorragia cerebral en la niña.
La intervención quirúrgica, que fue documentada en un estudio de caso publicado en la revista Stroke de la American Heart Association, se realizó cortando el útero de la madre y luego el cráneo de la bebé para operar el cerebro en desarrollo. Los médicos utilizaron la ayuda de un ultrasonido para ubicar la arteria de la pequeña y facilitar el procedimiento.