El tener una tarjeta y no emplearla trae consecuencias al usuario, pero lo que suceda depende del tipo de tarjeta y la entidad bancaria. Lo primero que puede ocurrir y es muy común, es que se aplique el cobro a la cuenta desde el saldo que se haya dejado, como también puede suceder que haya un saldo negativo que se genera desde esas comisiones cobradas por la entidad financiera.
Otra de las consecuencias de uno usar su tarjeta, puede ser una reducción al otorgar nuevos productos financieros como créditos hipotecarios, pues los bancos conocen la situación de las tarjetas de cada ciudadano, y por ejemplo, un saldo negativo del cliente puede influir, a la hora de medir el riesgo, se considere la posibilidad de que el solicitante no cancele sus deudas.
“Por las altas tasas de interés solo se deben emplear las tarjetas de crédito cuando se hagan pagos a una cuota, se compren bienes o servicios con un descuento mayor a lo que supondría el valor de los intereses, o en casos de estricta necesidad para cubrir bienes y servicios de primera necesidad”, explicó el economista Johan Caldas.
