Como la fresa que le faltaba al pastel, en el marco de las últimas horas de gobierno del presidente Iván Duque, este, ordenó no prestar la espada de Simón Bolívar para la posesión del electo presidente Gustavo Petro.
Desde hace cuarenta días, cuando ganó las elecciones el equipo del presidente electo realizó todos los trámites -permiso de Mincultura, del Museo Nacional y adquisición de una costosa póliza de seguro- para contar con el simbólico objeto que finalmente es un patrimonio de los colombianos.
Duque, concretamente dijo que mejor no y que no la dejaría salir del Palacio de Nariño mientras él fuera Presidente.
Un cambio de idea tardío que dejó fuera de base a Petro que quería reivindicar, con este símbolo, la lucha del Movimiento guerrillero M-19 al que perteneció y que nació precisamente con el robo de la espada de la Quinta de Bolívar en Bogotá el 17 de enero de 1974.
Ahora, solo queda esperar si después de las 3 de la tarde cuando Petro sea el presidente en pleno, toma alguna decisión al respecto que lleve a última hora, la espada de Simón Bolívar a la plaza pública.