¿Por qué son importante los jóvenes?

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La juventud es feliz porque es ciega; esta ceguedad es su grandeza: esta inexperiencia es su sublime confianza. ¡cuán hermosa generación la de los jóvenes activos!

José Martí

En este resurgir de una juventud que tomó las calles y otras cosas más, se hizo girar el foco de atención y miradas, las críticas, los comentarios, las voces de apoyo y hasta el carácter de héroes a un sector de la población siempre existentes: los jóvenes.

En otrora, se miraban los sindicatos, los comerciantes, empresarios, los grupos armados, los adultos mayores o pensionados, las marchas campesinas, etc., como termómetro de los conflictos sociales y de la estabilidad del país, pero hoy todos tienen a los jóvenes como parte de sus propuestas políticas, su interés en que ellos encuentren un futuro mejor, que se les garantice su acceso a la universidad, su financiamiento y acceso a la vivienda, al sector empresarial y oportunidades de trabajo, etc., en fin hoy son importantes, se les siente el peso, son determinantes y lo fueron en el giro que tuvieron varios sectores sociales, económicos y políticos.

Y es que, con los jóvenes como carne de cañón, muchos “generales” han ganado muchas batallas a lo largo de la historia. Su ausencia de temor, ímpetu, compromiso con las causas, creatividad y sensación de inmortalidad han generado la fuerza que ha transformado lo que se les atraviesa.

Lo que empezó con una marcha obrera para el 1 de Mayo en rebeldía o contradiciendo los mandatos presidenciales y regionales en que se abstuvieran de reunirse por los temas de pandemia, fueron leídos como una forma de impedir el marchar y coartar la libertad y hasta el derecho a la protesta. Mientras que los médicos , que no les importa si son de izquierda o derecha, solo pedían y predecían que con las marchas y después con las batallas campales, perdón bloqueos, habría un aumento en el contagio y decían “(…) debe evitarse, por las buenas o por las malas, las aglomeraciones que se producen en las marchas y protestas”, pero los grupos sociales que estaban “hartos” de que se les limitara y otras cosas, marcharon y así generaron una bola de nieve que encontró en el camino a los jóvenes.

En mi memoria se encuentran varios recuerdos de intentos de bajar la edad de votación, de 18 a 16 años, propuestas revolucionarias, como cuando se bajó a 18 años. Que coincidía con la mayoría de edad. O cuando se le permitió a la mujer votar libremente. Incluso hubo una propuesta para la constituyente del 91.

Y el precedente para ello, es el de varios países de Europa y en América Latina, Brasil y Argentina. Pero en Colombia la propuesta es que fuera posible a los 16 años y obligatorio a los 18. ¿Además de que se preguntan? Son libres de trabajar, ejercer su sexualidad antes, y autorizar procedimientos estéticos, pero no pueden votar antes de los 18?

Antes del 2020, el DANE decía que la población joven en Colombia era del 12 % de los 40 millones contados. Suficiente para decidir la elección presidencial o elegir representantes y senadores. O en algunas ciudades importantes, poner un alcalde.

Hoy un proyecto de ley de Mayo del 2021, que propondría no cambiar la mayoría de edad a los 18 años, sino que permitiría poder ejercer derechos como el voto y la licencia de conducción a los jóvenes de 16 años.  Y la razón dicen o fundamentan es que existen por: 1. Aspectos demográficos, 2. Aspectos políticos que claro esta conectados a la demografía y 3ro. Que es el poder de decisión que hay en esta población creciente en américa latina. También hay razones formativas, pues son la generación que liderará nuestras naciones, además de que sería una estrategia contra el abstencionismo creciente.

Y es que siendo sinceros, las decisiones tomadas hoy les afectaran a ellos, entonces, porque no oírlos? , porque no hacerlos participes de ellas? , porque no dejar el miedo de tomen decisiones y responsabilidad ¿ y también, de paso evitar que nos culpen de las cargas y desafíos que les tocará afrontar y vivir en carne propia.

Una generación que, si bien no vivieron la historia de la violencia del Narcotráfico, los bloqueos por los retenes guerrilleros, los secuestros, desapariciones, masacres, etc., tienen otra visión de país sin resentimientos, mañas y resabios.

Pero esta es la otra situación que nos preocupa a muchos, y lo que pudimos leer en aquel “personaje de FECODE”, el oportunismo y el espíritu del titiritero que quiere manejar todo a ocultas, tanto de izquierda como de derecha. Lo recuerdo hoy como una experiencia de vida y de inocencia, cuando los jóvenes de otras épocas, fuimos escudos y conejillos de indias de personajes que , luego aparecían como los reconciliadores y salvadores de la situación. Recuerdo una toma juvenil donde el que craneo todo, con experiencia como desmovilizado, y conocedor de esas “tácticas”, apareció después y pidiéndonos calma, negociando puntos que no nos dijeron y solucionando aparentemente el problema. Estaba todo fríamente calculado. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, como dicen. Hoy también lo veo con gente que no los representa. Mis otros amigos de otras facultades, contaban como también los “usaron” para introducir propaganda en las Universidades y colegios con historias de cambios sociales y gloria nacional. Lo peor… la creímos. Todavía escucho la música de aquella época y dijo fueron sueños alimentados. Un caldo de cultivo por las problemáticas de la época. Algunos quedaron en el camino, otros vivimos para contar y aconsejar a nuestros hijos, otros siguen soñando y luchando.

Estamos a las puertas de las primeras elecciones de concejos municipales y locales de juventudes, un salto importante y oportuno con la coyuntura de la que estamos saliendo donde se reclamaron sus derechos de primera, segunda y no sé cuantas líneas más, que este 5 de Diciembre del 2021, sin que se reforme la su mayoría de edad a los 18 los jóvenes y adolescentes, podrán participar activamente en sus localías y proyectar el nuevo municipio y país.

Entonces los jóvenes, hoy y siempre son importantes porque son futuro y presente de nuestra nación y son la población creciente y determinante en las próximas elecciones, y sin ellos, los de siempre, los oportunistas, perderán su juego. Son ese remanente escogido para estructurar un futuro cercano y también el lejano, si es que llega.

Ojalá que no terminen siendo los peones de la clase malsana y perversa que ve una oportunidad en los jóvenes para ganar los espacios que ellos perdieron.

Como le dijo el apóstol Pablo al joven Timoteo: No permitas que nadie menosprecie tu juventud; antes, sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, fe y pureza.”

Jóvenes, adelante y siempre con fe, ni un paso atrás. A votar, ser ejemplo y hacer crecer nuestra nación

Columna por: Francisco Cortez

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