Hoy 3 de diciembre es el día mundial de las Personas con Discapacidad; y es algo que pasa desapercibido o simplemente se queda en la simple sensibilización, que se olvida cuando se acaba la emoción que causó en el momento. Es claro que el ser humano se involucra con aquello que lo toca o le beneficia; y en todo lo demás fuera de eso, es simplemente un espectador que opina o que sigue de largo su camino, sin mirar a quienes vienen de tras o van a su lado.
Desde siempre la discapacidad ha sido un tema que se trata como obra de beneficencia o como luchas externas e incansables de fundaciones y personas naturales que la viven. Hay leyes que promueven los derechos, la equidad y la inclusión en muchos aspectos; pero la mayoría de estas normas o políticas son desconocidas o se quedan simplemente en el papel. Hay empresas que, buscando el beneficio de pagar menos impuestos, se solidarizan y otras que fingen demencia al respecto.
Cartagena es una ciudad cero accesible, llena de todo tipo de barreras para las personas con discapacidad; las hay arquitectónicas, de transporte, mobiliarias, comunicativas, sociales, laborales, que impiden el acceso, la movilidad, la seguridad física y la inclusión de quienes tengan algún tipo de discapacidad. Hay demasiado desconocimiento e indiferencia, sobre todo, porque la discapacidad no se puede ver en una sola línea; no solo las personas que están en silla de ruedas son personas con discapacidad; existen personas con discapacidad auditiva, visual, cognitiva, sensorial, comunicativa, física, entre otras; que requieren algunas adaptaciones de otro tipo, para poder desarrollarse y ejercer sus derechos como cualquier ser humano.
Ante todo, persona…
Así mismo, falta mucha educación frente a la manera como nos referimos a las personas con discapacidad; ciegos, inválidos, enanos, retrasados, sordos, mudos, etc. Son algunas de las expresiones peyorativas y excluyentes con el que llamamos o nombramos a quienes viven en condición de discapacidad.
La forma correcta de nombrar, llamar, tratar e involucrar, es ante todo como “personas”; persona con discapacidad auditiva, personas con discapacidad física, personas con ADEE (acondroplasia enanismo y otras displasias esqueléticas), personas con discapacidad visual, etc. Pero ante todo PERSONA.
Sino te toca no te importa…
¿Has pensado alguna vez, cómo hace una persona con enanismo en un cajero, un mostrador, para subir a un bus, acceder a una silla de un bar o simplemente acceder en su casa a la estufa, el lavaplatos, el congelador de su nevera? ¿Has pensado todo lo que tiene que hacer una persona invidente para poder ser independiente a la hora de retirar dinero, ver leer el menú de un restaurante, presionar el botón de un ascensor, etc? ¿Has pensado como hace una persona con discapacidad auditiva para comunicarse? ¿Has pensado lo que necesita un niño con autismo para poder acceder a la escuela? ¿Has pensado en las barreras sociales, la burla, las miradas, el trato compasivo, la curiosidad que se queda sólo en morbo, el rechazo y la exclusión? Definitivamente, sino te toca, no te importa; y quizás nunca lo has pensado, simplemente lo escuchas o lo ves cuando lo tropiezas en el camino o hay días como hoy que te lo dicen, pero mañana se te olvida.
El mundo sería diferente, si cada cosa que construyamos o hagamos sea realmente pensando en todos; para que no existan barreras de ninguna clase.
Que este día mundial de la Discapacidad, nos concientice en todos los sentidos y seamos capaces de romper todas las barreras que impiden que nuestro corazón, nuestra ciudad y nuestro mundo sea accesible y equitativo para todas las personas, respetando sus derechos y sus diferencias, porque aquí cabemos todos.
Kary Rojas
Escritora, Conferencista y Maestra