Las trabajadoras sexuales en Bélgica ahora tienen derecho a contratos de trabajo formales, que incluyen pago por enfermedad y licencia por maternidad. Esta ley histórica, aprobada en mayo, otorga a las trabajadoras sexuales derechos iguales a los de otros empleados y las protege de los riesgos inherentes al trabajo.
La ley exige que los empleadores de trabajadoras sexuales obtengan una licencia del gobierno y cumplan con ciertos criterios, como no tener condenas previas por violación o tráfico de personas. Los empleadores también deben proporcionar condones, ropa de cama limpia y un botón de alarma de emergencia en las habitaciones de las trabajadoras.
La nueva ley es un hito en la lucha por los derechos laborales de las trabajadoras sexuales. “Esta es una primicia mundial en el sentido de que es el primer marco legislativo integral que otorga a las trabajadoras sexuales derechos iguales y las protege de los riesgos inherentes al trabajo”, dijo Daan Bauwens, director del Sindicato Belga de Trabajadoras Sexuales.
La ley también permite a las trabajadoras sexuales negarse a prestar servicios a un cliente o a realizar un acto sexual específico, y a interrumpir cualquier actividad en cualquier momento.
