En diciembre, las discusiones sobre el aumento del salario mínimo para 2025 han captado la atención de los colombianos. Este ajuste no solo define el ingreso básico de los trabajadores, sino que también afecta los costos de productos y servicios clave. El Gobierno Nacional propone un incremento del 6,2%, mientras que sectores como Fedegán sugieren un alza del 15,4%, los sindicatos plantean un 10% y los empresarios buscan que el aumento no supere el 6,5%.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, destacó que el aumento debe estar alineado con la inflación acumulada hasta noviembre, estimada en 5,2%. Además, factores como el crecimiento del PIB, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) y las proyecciones del Banco de la República serán claves en las negociaciones.
El ajuste del salario mínimo impactará en tarifas como las cuotas moderadoras de las EPS, los seguros médicos, el Soat, las multas de tránsito, los derechos notariales y los costos de servicios veterinarios. También influirá en los subsidios de vivienda y otros beneficios sociales para el próximo año.
Sin embargo, gracias a la política de desindexación, algunos bienes y servicios no estarán ligados al incremento. Entre estos se encuentran productos como carne de res, cerdo y leche, además de servicios como matrículas educativas, transporte intermunicipal y recolección de basura, que se ajustarán según otros indicadores económicos.
La decisión final será clave para la economía nacional, marcada por un crecimiento moderado y una alta tasa de desempleo cercana al 10%. Este proceso busca equilibrar las necesidades de los trabajadores con la estabilidad económica del país para 2025.