Luego del asesinato de Élmer Fernández, director de la cárcel La Modelo de Bogotá, y de las graves amenazas que han recibido múltiples funcionarios del Inpec en diferentes zonas del país ha surgido una pregunta clave: ¿Qué se debe hacer para encontrar una solución y reforzar la seguridad de los centros carcelarios?
Juan Lozano, periodista, abogado y exsenador de Colombia, expuso en una columna de pinión en el diario El Tiempo que se debe construir una gran cárcel en el medio de selva.
Según él, lo ideal es que ese centro carcelario tuviera cuatro pabellones.
Uno para los funcionarios del Gobierno que son corruptos, otro para los violadores y abusadores de niños y niñas, un tercero para los autores de crímenes de lesa humanidad y un cuarto para los terroristas, sicarios, asesinos seriales y capos de las estructuras criminales.
La decisión de ubicarla en el medio de la selva sería tenerlos apartados de celulares, aliados y lujos que les permitan seguir ordenando crímenes desde el interior de los centros carcelarios, como si en ningún momento hubiesen sido aprehendidos por la justicia.
Y es que, desde su perspectiva, las cárceles en la actualidad son escuelas de delitos porque desde ahí se gestan muchas de las acciones criminales más atroces que se realizan en el mundo exterior.