Un grupo de monjas clarisas en España ha anunciado su decisión de abandonar la Iglesia Católica, lo que podría desencadenar el primer cisma en el país, para seguir al antiguo obispo excomulgado que no reconoce la legitimidad del Vaticano. Este hecho ha generado una amplia repercusión tanto dentro como fuera de las fronteras españolas.
Las religiosas de clausura, que residen en conventos ubicados en las localidades de Belorado y Orduña, en el norte de España, se han declarado sedevacantistas, lo que implica que no reconocen la autoridad papal de Roma.
Su salida de la Iglesia Católica implica unirse a la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, un grupo que considera al último papa legítimo como Pío XII, quien falleció en 1958. Muchos consideran esta unión como perteneciente a una secta fundada por Pablo de Rojas Sánchez-Franco, el obispo excomulgado en 2019.