
Esta es una historia protagonizada por el soldado ruso Nikolay Pasenko, que resultó herido en un enfrentamiento con tropas ucranianas en medio del conflicto que libran las 2 naciones. Al hombre por medio de un lanzagranadas automático AGS – 17 le dispararon, el objeto se alojó en su cuerpo, pero de manera milagrosa no explotó.
Cabe resaltar que le hizo daños considerables ya que atravesó sus costillas, dañó un pulmón y se alojó cerca de su columna vertebral, entre la aorta y la cava inferior, según se conoció por información de las autoridades rusas.
El militar fue trasladado a un hospital, donde se había considerado lo riesgoso de la operación, debido a que la granada podría explotar dentro del cuerpo y de esta forma afectar a quienes se encuentren a su alrededor. Por esta razón, el hombre se negaba a ser operado ya que no deseaba poner en riesgo la seguridad de nadie.
Sin embargo, la cirugía se llevó a cabo, varios equipos médicos especializados viajaron desde Moscú hasta Belgorod, donde se iba a practicar la cirugía. Los médicos usaron chalecos para protegerse en caso de explosión “No todos los días sacas un explosivo de una persona, y en un lugar de moverse hacia la derecha o hacia la izquierda puede llevar a la muerte del paciente. Cuando la munición terminó en un cubo de arena, todos exhalaron, sonrieron y rieron”, declaro el teniente coronel Dmitry Kim, anunciando que la cirugía fue un éxito.